martes, 30 de agosto de 2016

Los clásicos de la sociología. EMILE DURKHEIM

Algunos conceptos más de Durkheim

ESFERVECENCIA SOCIAL: estado social de comunidad entre sujetos, sentimiento pasional colectivo (hincha-hinchada, fan-concierto)

CONCIENCIA COLECTIVA: conjunto de creencias que conforman la moral social que determina lo normal, lo bueno, lo aceptable y lo no aceptable. Aquellos que tienen una conducta mora, adecuada, constituirían la mayoría “no desviada” para quienes la razón es la LEY. Y la minoría “desviada” causa un daño social que debe ser penalizado para el bien de los demás. Su desviación se debe a lo que Durkheim llama ANOMIA: debilitamiento de la moral común.


SOCIEDAD
INDIVIDUOS
*Está integrada por individuos pero es más que la suma de las partes.

*Es anterior al individuo, lo cohesiona y determina su conducta

*Es una realidad SUI GENERIS (única en su género)

*Se impone al individuo, lo obliga y lo moldea.

METAFORA BILOGICISTA: mitocondria, ribosomas, núcleo, membrana, etc. Por separado no forman una CELULA

*Como un DIOS: está oculto pero omnipresente, es externo pero está interiorizado, y termina siendo la explicación de todas las cosas según Durkheim.
*Sus motivaciones suelen estar empapadas se sus entornos sociales

*No tiene un papel preponderante en esta teoría

*Sus comportamientos  son acciones a lo dado, a los hechos externos.

EL SUICIDIO (1897) EMILE DURKHEIM
Este escrito constituye una de las investigaciones más rigurosas sobre el tema. Su tesis fundamental se basa en considerar que ciertos cambios sociales y patrones culturales pueden determinar variaciones en las cantidades y calidades de suicidios. También sostiene que la religión y el estrato social son variables que pueden intervenir en la tasa de suicidios.
El autor señala 4 tipos de suicidios:

ALTRUISTA: Los individuos se sienten obligados moralmente a suicidarse para “hacerle un bien a la sociedad” o porque creen que ese es su deber. En este caso hay un exceso de reglas sociales y baja importancia del yo o INDIVIDUALISMO INSUFICIENTE.  (Pueblos primitivos: mujeres a la muerte de su marido, ancianos o ayudantes de jefe o servidores, también militares, etc.)
 “El hombre fácilmente se mata cuando esta con demasiada fuerza ligado a la sociedad” Pag.211
“La palabra altruismo expresa bastante bien el estado de aquel en que el yo no se pertenece, en el que el polo de su conducta está situado fuera de el, en uno de los grupos en que forma parte ” Pag. 215

FATALISTA: Los individuos sienten que su vida no le pertenece, que no tiene sentido porque no la maneja. Caso típico del esclavo, trata de personas, o pueblos en situaciones de guerra.

EGOISTA: Los individuos no sienten pertenencia a la sociedad, sobre todo en los casos en que existen lazos sociales débiles ya que n da sentido a la familia, política religión. Al no alcanzar el éxito individual quedan profundamente insatisfechos. INDIVIDUALISMO EXCESIVO.

“Se llama egoísmo a ese estado en el que el yo individual se afirma con exceso frente al yo social y podremos dar el nombre de suicidio egoísta al que resulta de una individuación desintegrada” Pag. 203
“En cuanto se admiten que son los dueños de sus destinos, a ellos les corresponde señalar el término de los mismos” Pag. 204
“Para el firmemente apegado a su fe, a su familia o a una sociedad política, el problema no existe” Pag.207

ANÓMICO: Ocurre en épocas de grandes cambios, (como depresiones o prosperidad económica). La sociedad está en crisis, por ejemplo, en crisis económicas la rutina del trabajo y la familia se desintegran. No hay reglas ni valores ¿Para qué vivir?. Constituye un tipo de suicidio relacionado con perturbaciones de orden colectivo. 

“Toda rotura de equilibrio empujan a la muerte voluntaria” Pag.242
“Su vida ha sido alterada y por esta razón sufren” Pag.258

A continuación les dejo algunos links con noticias que relacionan la crisis económica con el aumento de suicidios en diversas partes del mundo para que las leamos en clase: 

Además, les dejo otras noticias para leer en relación al caso MALVINAS y los numerosos suicidios de Veteranos de Malvinas:


Actividad

Entrega: 12-9-16 (DE A 2)


1. Trabajamos con el capítulo "¿Que es un hecho social?" de Las reglas del método sociológico de E. Durkheim.(Pág. 41-59). Preguntas:

        a-    Para E. Durkheim ¿Cuáles son las formas en las que se expresa la coacción o el carácter imperativo de los hechos sociales?
        b-    ¿Por qué se considera E. Durkheim que estos hechos tienen un carácter social?
       c-     ¿Qué ejemplos nos ofrece E. Durkheim para explicar que los hechos sociales son distintos de sus repercusiones individuales?
        d-    ¿Qué ejemplos da E. Durkheim para explicar el carácter general de los hechos sociales?






2. Miren el Video “E. Durkheim – hecho Social” de EDUCATINA siguiendo el presente link: https://www.youtube.com/watch?v=OEK76qgywqc

                   a-        ¿Cuáles son las características del Hecho Social?
                   b-         ¿Por qué se los define como exteriores?
                   c-         ¿Cuál es su condición de existencia?
                   d-         ¿Qué importancia tienen las instituciones en la sociedad?


3. Lean el siguiente artículo periodístico y elaboren un breve comentario imaginando la respuesta que hubiese brindado Durkheim si el periodista lo consultaba como experto sobre tipos de suicidio, teniendo en cuenta su consideración respecto de la sociedad y su peso sobre los individuos. Pueden relacionarlo también, con el video "el debilitador social"




domingo, 31 de julio de 2016

Sociología y Fotografía


La Fotografía se inventa en 1839, la misma fecha en que Auguste Comte empieza a escribir sobre la nueva ciencia de la Sociología.
Son dos disciplinas hermanas, francesas por nacimiento, relacionadas desde su inicio.
Ambas nacen en Europa, se exportan a América y se reimportan a finales del siglo XX desde Estados Unidos a Europa.

La fotografía fija es una mezcla de arte y técnica (mecánica y química) que consiste en congelar un instante del tiempo.
En este sentido, el análisis del "momento decisivo" se puede convertir en un instrumento excelente de análisis de la realidad social y, a menudo, se transforma también en una construcción de esa realidad social, distinta pero comparable a la que es capaz de producir un texto escrito.

En los últimos años, se observa un renovado interés por la fotografía como instrumento de análisis social.

Howard Becker (1928) es un autor que luego de su tránsito intenso por la música que empezó a sistematizar sus observaciones empíricas sobre el “mundo del arte” y comenzó a hacer sociología.
Walter Benjamin (1892–1940) ha tocado distintos aspectos de la condición humana, desde la historia hasta la teología o la política, y le ha puesto particular atención al arte y la cultura. Pierre Bourdieu (1930–2002) tiene una doble relación con la fotografía: por un lado la analiza como un producto cultural, y por otro la utiliza como una herramienta de trabajo para la investigación.




Entre otras inquietudes estéticas, Becker practicó la fotografía y fue uno de los primeros cientistas sociales que puso seriamente la pregunta sobre el vínculo entre sociología y fotografía. De hecho, dirá este autor que un lado las dos comparten un período histórico y un territorio similar en su nacimiento, pero por otro lado, las dos tienen un mismo espíritu que es descubrir-describir la experiencia humana. La fotografía así es una “herramienta de exploración de la sociedad” (Becker, 1974).



En sus análisis, Becker estudia cómo algunos fotógrafos exponen preguntas de naturaleza sociológica, y sus imágenes son un particular esfuerzo por retratar situaciones particulares de un determinado colectivo. Así, fotógrafos como Eugene Atget, Berenice Abbott o Weegee, terminan mostrando problemáticas altamente sociológicas de la cotidianidad de sus centros urbanos.
Otros fotógrafos se enfocan a temas clásicos de la sociología: la migración, la pobreza, la dominación, el racismo, etc. (Becker, 1974)
Además, estudiar una fotografía —o un corpus de imágenes cualquiera que sea— requiere levantar preguntas sobre la construcción social donde la foto juega un rol, los actores implicados, los usos, etc., porque “las fotos, como todo objeto cultural, extraen su sentido del contexto” (Becker, 1999: 181).

Walter Benjamin sostuvo que la “técnica reproductiva desvincula lo reproducido del ámbito de la tradición. Al multiplicar las reproducciones, sustituye la ocurrencia irrepetible de lo reproducido por su ocurrencia masiva” (Benjamin, 2004: 97), y así devalúa el “aquí y el ahora” de una obra, que en muchos casos constituye un importante porcentaje de su esencia. De hecho en buena medida el “valor único de la obra de arte ‘auténtica’ se funda en el ritual en el que adquirió su valor de uso primero y original” (Benjamin, 2004: 101), que es fracturada con los duplicados. Asimismo, la divulgación de las copias de obras de arte responden a la necesidad de consumo de una masa que necesita “adueñarse del objeto en la máxima proximidad de la imagen” (Benjamin, 2004: 100) y sentirlo suyo, cerca, familiar.
Para el, la fotografía puede ser concebida como una herramienta para develar una forma inconsciente —diríamos estructura subyacente— que organiza la mirada.

Por último, Pierre Bourdie, tiene la convicción de que, en aquella época, la fotografía era “la única práctica con dimensión artística accesible a todos, y el único bien cultural universalmente consumible” (Bourdieu, 2003: 38), de ahí su importancia analítica. En su perspectiva, cualquier imagen, sea fotografía popular, profesional o familiar, posee significaciones —unas explícitas y otras implícitas— que responden al grupo que es responsable de ella. Bourdieu pone énfasis en el hecho de que las condiciones objetivas en las cuales se inserta una clase son las que delimitan el escenario de lo posible, lo imposible, lo pertinente y lo que debe o no ser tomado en cuenta.

En su investigación, la fotografía cumplía dos funciones: por un lado le permitía recordar situaciones y describir escenarios que luego podían tener importancia analítica, y por otro lado era “una forma de mirar (…) una forma de intensificar mi mirada” (Bourdieu, 2003: 23). Con el ejercicio de tomar fotos, “miraba mejor y después, a menudo, era una manera de ingresar en materia” (Bourdieu, 2003: 23).




Fuente:
Autor Hugo José Suárez Tema
Publicado en diCom 2011Publicación original La Fotografía como fuente de sentidos, Cuadernos de Ciencias Sociales, Nº 150, Costa Rica, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), 2008.


Actividad:

1-Vean el siguiente vídeo "Los excluidos" de Canal Encuentro, del Informe Kliksberg.
Redacten los 8 Dilemas Éticos que se mencionan. Incluyan datos estadísticos y características generales de cada problemática.

2-A partir de la temática del vídeo y de las ultimas imágenes que aparecen en el, como observadores y captadores de la realidad social, tomen una fotografía en la que se pueda visibilizar como conviven, en la ciudades capitalistas y por ende desiguales, el lujo y la miseria. La imagen no debe ser construida sino tomada espontáneamente.

3-Busquen 3 fotografías personales que se relacionen con eventos sociales, institucionales, espacios de trabajo colectivo, actos escolares de fechas patrias, competencias deportivas, momentos especiales que vivimos los seres humanos también como sujetos sociales, etc. Agréguenlas al trabajo.

4-Busquen 3 fotografías que representen momentos claves en la historia de nuestro país, y por ende, de las sociedad argentina, digan porque las eligieron, cual es la importancia social y en términos personales, describan una lectura posible de la imagen en el contexto en que fue tomada.

5-Releen el texto de arriba y completen:



AUTOR
RELACION SOCIOLOGÍA-FOTOGRAFÍA
BECKER

BENJAMIN

BOURDIE



Entrega: Viernes 26-8-16
Se puede hacer de a 2.


¿Qué les pareció la actividad?


Corrientes de Pensamiento: Complejidades de la Teoría llevada a la práctica.

En clase realizamos una Búsqueda del Tesoro, porque el juego puede ser una herramienta poderosa para el aprendizaje.

Como punto de partida, el juego consistía en partir de los saberes populares de los estudiantes, y a través de una discusión grupal, construir colectivamente una definición de lo que el conjunto considera una sociedad ideal.

Aquí, las definiciones:

Para nosotros un sistema social  ideal sería:

"Un sistema económico igualitario, con las riquezas repartidas equitativamente, con igualdad de oportunidades para todos, como: trabajo, educación, entretenimiento, etc."

"Un sistema social ideal es una utopía, un socialismo: sin diferenciación económica, social, política o de otra índole. Aquí el mercado se regularía a través de ciertas políticas de estado que favorezcan a todos equitativamente "

"Sin privatizaciones, sin pobreza, igualdad de oportunidades, sin clases sociales, sin diferenciación, unidad, paz, sin discriminación, ni corrupción"

"Una en la cual el Estado garantice las necesidades básicas para que todos, sin tener distinción sobre las clases sociales, con un sistema legal efectivo"

Luego, se les pidió a los estudiantes que representaran actoralmente lo que para ellos significan las distintas corrientes de pensamiento:


LIBERALISMO

  ANARQUISMO

   FASCISMO

COMUNISMO


Para concluir se les solicitó a los alumnos-as la lectura de algunas definiciones enciclopédicas del cuadernillo respecto a las características de un modelo: Anarquista, Comunista, Socialista, Fascista y Liberal, que construyan un mapa conceptual con las ideas generales y las comparen con las representaciones que habían hecho y con la definición de su sistema social ideal.
Como cierre, los estudiantes buscaron información en la web y eligieron un caso puntual concreto que se relacione con alguna de las corrientes de pensamiento para evidenciar las contradicciones posibles entre Teoría y Práctica.


¿Qué les pareció esta actividad?



lunes, 13 de junio de 2016

Desobediencia Civil + Contractualistas

Seguimos con el tema General "Estado, Poder y Sociedad" y para ello, ahora vamos a interiorizarnos respecto de las Teorías Contractualistas, las cuales piensan los orígenes del Estado Moderno.

En clase, analizaremos la noción de OTREDAD en Hobbes, Locke y Rousseau, para darle una impronta sociológica a la temática.


    J. J. ROUSSEAU     T. HOBBES        J.LOCKE


A continuación, les dejo el TP Nº1 del 2do Trimestre.
Se entrega el 27-7-16. Puede ser realizado de a dos.

"Serie "Mentira la Verdad: EL OTRO"

Es un tema muy tratado en sociología últimamente, y siento que pueda servir para discutir en clase.
Les propongo que sigan el link http://www.conectate.gob.ar/sitios/conectate/busqueda/buscar?rec_id=124173



Luego, contesten:

1- ¿Cuáles son las preguntas iniciales del filosofo? ¿Por qué sostiene que pensar el otro se nos presenta como una tarea problemática?
2-¿Cómo se construye el sentido de las cosas en la antiguedad y como en la modernidad?
3-¿Qué características dominantes tiene el sujeto moderno y por qué el filosofo afirma que se cree el modelo de lo humano? Incluí alguna de las preguntas que se hace sobre esto
4-¿Quién es el otro de occidente? ¿Por qué dice que el yo se totaliza y que pasa cuando el otro irrumpe?
5-¿Cómo describe nuestra identidad? ¿Qué significa la pregunta, no somos todos un poco otros?
6-¿Cuáles son las dos formas de relación con el otro? Explicalas brevemente.
7-¿Cuáles son los problemas de la tolerancia?
8-Para pensar la RADICALIDAD DEL OTRO, , el filosofo dice que podemos pensar la figura del animal. ¿Qué hace el sujeto de occidente con este OTRO?
9-Escribí una de las preguntas que más te hayan llamado la atención y que te hiciera reflexionar algo que hasta ahora no habías tomado en cuenta.
10- Dar un ejemplo histórico que ayude a pensar la pregunta: ¿Ser intolerantes con quienes se cree que son intolerantes, no es ir en contra de la tolerancia?
11- Escribir un comentario mencionando que te pareció el vídeo agregando una breve reflexión para compartir entre todos.

Sugiero verlo más de una vez, ya que por un lado tenemos la situación actoral que ayuda a pensar los dichos filosóficos y por el otro tenemos conceptualizaciones, pensamientos muy profundos que implican verlo más de una vez para entenderlo mejor.
El vídeo juega con nuestras emociones, nos lleva a diversos estados de ánimos y nos sorprende con ciertas imágenes o acciones que se van sucediendo, es importante que agreguen sus sentimientos a los comentarios.





Respecto de la noción de Desobediencia Civil, comparto un texto de mi autoría sobre la relación entre el concepto y la Lucha de los Organismos de DD.HH en nuestro país. El mismo será leído en clase, por lo cual les pido lo impriman.  







Los Movimientos de DD.HH en Argentina y la Desobediencia Civil.                             
Autora: Melo Andrea Natalia. 2014.

El movimiento de Derechos Humanos en Argentina se fue conformando por un conjunto heterogéneo de organizaciones. Entre ellas están las destinadas a la asistencia a las víctimas y sus familiares (Servicio de Paz y Justicia, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos), las dedicadas a los asuntos legales y acopio de información (Centro de Estudios Legales y Sociales, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre), y familiares de los afectados por la represión (Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas). Dentro del movimiento coexistían diferentes lógicas y estrategias de lucha, pero la solidaridad entre las mismas era indiscutible. Los métodos de acción noviolenta utilizados en los primeros años de violencia estatal fueron los de denuncia y difusión de los crímenes cometidos por el Estado represor, con el objetivo de presionar tanto en el plano nacional como internacional. Se exigía la aparición con vida de los desaparecidos, se hacía lo posible para asegurar la supervivencia de las víctimas (como podría ser facilitando la salida del país de aquellas personas en peligro), se filtraban informes hacia el extranjero en pos de producir una conciencia a nivel mundial acerca de la situación. Demás está decir que la acción de estas organizaciones no estaba exenta del poder represivo del gobierno y, por lo tanto había limitaciones a las formas de expresión de las protestas y las denuncias[i]. Elizabeth Jelin (1995) señala las diferencias estratégicas que se daban al interior del movimiento; unos dispuestos a confrontar más abiertamente y otros siendo más cautelosos. En 1980 Adolfo Pérez Esquivel recibe el Premio Nobel de la Paz y un año más tarde 2.000 personas se manifiestan en Plaza de Mayo bajo la consigna “Aparición con Vida” desobedeciendo la prohibición policial. Después de la derrota de Malvinas la oposición a la dictadura se hace más frontal y abierta. A fines del ´82, con el diálogo político abierto, la “Marcha por la Vida” adquiere un carácter nacional. Ya en democracia los organismos de DD.HH solicitan justicia y castigo a los responsables de los crímenes de lesa humanidad a través de campañas y movilizaciones callejeras. Lo más relevante que consiguen, durante el gobierno de Alfonsín, es la creación de la Conadep[ii]  y el juicio a las cúpulas militares, pero además se sancionan 15 leyes sobre DD.HH. Sin embargo, lo que podría llamarse en su conjunto como “leyes de amnistía”, esto es, la Ley de Punto Final y la Ley de Obediencia Debida[iii]  de 1987, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y los Indultos de Carlos Menem en 1990, provocan que en el movimiento de DD. HH adquiera vital importancia la lucha contra el Olvido y por la Memoria, con la consigna de que sólo el recuerdo permanente por lo ocurrido durante la represión puede llevar a que no se repitan atrocidades similares. Se lucha por el sentido que se debe otorgar a la historia, promoviendo el recuerdo, elaborando archivos históricos de datos y documentos. En 1995 nace la organización H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) reivindicando la lucha de sus padres, madres, hermanos, que supo crear una forma de acción colectiva logrando la adhesión de muchos jóvenes. Esta organización utilizó un método de acción noviolenta conocida como “escraches”, además de otras modalidades. Actualmente la lucha por la Memoria y en contra del Olvido, la lucha por la Identidad y por la Verdad por parte de distintas organizaciones de la sociedad civil siguen vigentes. Esto, sumado a las acciones del Estado Argentino, que fomenta la protección y promoción de los derechos humanos, hacen posible la creación de nuevos sujetos y de una nueva sociedad, educada para la paz, la memoria, la verdad y la justicia, de manera que nunca más vuelvan a ocurrir violaciones sistemáticas a los derechos humanos.   







[i] Como señala el texto de Acuña- Smulovitz: “Militares en la transición Argentina:  del gobierno a la subordinación constitucional”,  en 1977 se produce  la detención- desaparición del primer grupo de dirigentes de las Madres de Plaza de Mayo y el encarcelamiento y tortura de Adolfo Pérez Esquivel del SERPAJ y en 1980 encarcelan a miembros de la conducción del CELS (pág. 37)
[ii] Fue una comisión asesora creada por Raúl Alfonsín el 15 de diciembre de 1983 con el objetivo de investigar las graves, reiteradas y planificadas violaciones a los derechos humanos durante el período del terrorismo de Estado (sucedido entre 1976 y 1983). Con respecto a la Conadep, frente a la opción de conformar una comisión bicameral, impulsada por los organismos de derechos humanos, se optó por una dependiente del ejecutivo la cual no ponía en peligro el alcance de los juicios y servía como freno a opciones más audaces (Verbitsky, 2003).
[iii] La Ley de Punto Final fija un plazo 60 días para la imputación de militares y  la Ley de Obediencia Debida libera responsabilidades.


miércoles, 1 de junio de 2016

1 DE JUNIO. Día del Sociólogo Argentino

Día del Sociólogo: Que la sociología sirva para molestar
El 1 de junio se evoca el Día del Sociólogo. “¿Para qué sirven? ¿Qué hacen?, preguntan los parientes en los cumpleaños o las señoras en la panadería. ¡Para molestar señores, eso, para incomodar a la realidad! Opinan en este especial: José Luis Jofré, Juan Manuel Lucas, Diego Tagarelli (desde Venezuela) Claudio Fernández y Héctor Castagnolo.
por MARCELO PADILLA


Final del formulario
¿Para qué sirve la sociología? Para molestar
José Luis Jofré (sociólogo, vice-director de la carrera de sociología. UNCuyo)
Es evidente que la sociología no es una disciplina que busque lugares comunes, cómodos para las buenas conciencias, su tragedia en la última dictadura militar así lo apunta, es una ciencia fastidiosa para los sectores sociales que tienen algún privilegio que preservar. Esto obedece a que su objeto de estudio son fenómenos sociales complejos, compuestos siempre por intereses creados en diferentes ámbitos de pertenencia. Por ejemplo: la estatización de empresas estratégicas para el desarrollo del país, la participación política de la juventud, la incidencia de la asignación universal por hijo, la discusión sobre la punibilidad del aborto, los regímenes de producción y apropiación de mercancías, entre otros temas que pueden o no tener presencia en los debates de la sociedad, presentan un trasfondo socio-histórico que no todos quieren visibilizar.
El sociólogo cuando efectúa en su práctica teórica en el mismo momento realiza un ejercicio profundamente político, esto es develar la compleja trama de intereses sociales que se ocultan en todo fenómeno social, sacando a flote lo que los sectores hegemónicos se esfuerzan por ocultar bajo el engañoso manto del interés universal. En este sentido, las ciencias sociales en general y la sociología en particular disponen de una herramienta fundamental para la articulación de su práctica con la sociedad, esta herramienta es la política. Y es aquí donde la pregunta ¿para qué sirve la sociología? encuentra la punta del ovillo para esbozar su respuesta.
Teniendo en cuenta esto, la sociología no sólo es incómoda para los sectores privilegiados, sino también para el propio sociólogo, que tiene que escurrirse de los prejuicios científicos dominantes, romper con el mandato de la neutralidad valorativa y asumir como propio el punto de vista de los agentes menos favorecidos en el fenómeno social que se trate. Esto es, si lo que estudia son las relaciones sociales de producción, el punto de vista de los trabajadores será el adecuado, no sólo en términos políticos, sino también para lograr un relato más próximo a la realidad. Lo mismo si se estudia la familia contemporánea, el enfoque de la mujer será privilegiado o si el objeto de análisis es la cárcel, el preso es el agente involucrado que menos privilegios tiene que perder, por lo tanto el que más veracidad puede aportar a la visión del sistema penitenciario en general.
En pocas palabras, si la sociología con sus marcos conceptuales y estrategias metodológicas logra discernir entre dominados y dominantes en toda relación social, su participación en estas relaciones demanda una práctica evidentemente política, donde se cristalicen iniciativas orientadas a logra mayores niveles de justicia social. Siempre teniendo en cuenta que la política no es un juego de suma cero, en el que se gana o se pierde todo, cada aspecto de la realidad requerirá su observación para desentrañar qué elemento es necesario conservar y cuál transformar, asimismo quiénes son los posibles aliados en una eventual estrategia de acumulación de poder y quiénes los adversarios. En definitiva, la sociología se encuentra en una posición privilegiada para la formulación de políticas tendientes a ajustar las demandas sociales más legítimas con sus formas institucionales de canalización.
Entre el oro, el barro y la sociología (Juan Manuel Lucas, sociólogo)

Muy bien, lo felicito, tiene usted un diez en su tesina de graduación…”, palabras de cortesía, huevos y harina, varieté psicodélico para los festejos, y entre los estertores de una resaca de semanas dimos con esa decisiva verdad, ser sociólogo. Sociólogo como, al decir de un pará sociólogo, esas maestras de corte y confección que jamás hicieron un vestido.
Era cierto nomás. La sociedad capitalista y dependiente estaba allá afuera. Tal cual la imaginábamos. Había una clase obrera y una burguesía. Había desigualdad, explotación, marginalidad, pobreza Había estructura y superestructura Había una posibilidad tan latente como ingenua de revolución, y por eso había crisis siempre crisis tanto que si no la hubiera deberíamos inventarla...
Si como estudiantes aprendimos que los libros muerden, de egresados aprendimos que la realidad tritura.
Escúcheme, mire que yo soy sociólogo”…!!!Mire este currículum, aprobé un seminario sobre la reforma agraria en América Latina¡¡¡ fui orador en el ciclo “¿Qué pasó con el stalinismo? Tengo cursos varios sobre las intrincadas relaciones entre ciencia, ideología y poder, puedo explicar que es la performatividad de los discursos y, además, ¡¡¡ sé cómo se hace una revolución!!!.
La variedad no modificaba la dirección de las respuestas:
-Sí, pero no se adapta al perfil requerido por el departamento de recursos humanos
-Sí, pero tenemos que evaluarlo con el departamento de gestión institucional y planeamiento estratégico de la dirección de contrataciones del área ministerial
-Sí, pero la inscripción cerró hace diez minutos
-Sí, pero me está manchando la alfombra con el café, retírese
-Sí, pero nos interesan las cualidades de la señorita con secundario incompleto que espera en recepción
En realidad, pocas de las largas generaciones de sociólogos que precedió a la última gran crisis nacional encontraron un espacio tan vital, desafiante y enigmático para ser eso. Si la disciplina nació preñada de pretensiones de manipulación social, la Argentina post convertibilidad condenó” saludablemente a la mayoría de los sociólogos a laburar en los lugares en que la gente labura.
Lejos de los hábitos sedentarios de los ratones de biblioteca que satirizaba Jauretche, la mayoría de nosotros trabaja de otra cosa. Siempre en part time, somos docentes, periodistas, escritores, empleados públicos, administrativos, burócratas, juntadores de los más insospechados papeles, militantes de utopías y distopías varias, artistas de imprevisibles vanguardias, protagonistas de secretas bohemias, alcohólicos, apáticos, militantes, cínicos, comprometidos, depresivos, irónicos, desilusionados, adictos, alienados, empobrecidos, desempleados... Uff...
Nos dedicamos a eso mientras habitamos un país que nos ha obligado a enterrar los prejuicios típicos de la pequeña burguesía ilustrada, reconocernos como parte de esa sociedad que pretenciosamente creemos conocer, y luchar, como la gente lucha, contra los gigantes de oro y barro del poder.
Sin embargo, nuestras pretensiones sartreanas no superan casi nunca una previsible y tediosa corrección universitaria teñida, levemente y al gusto academicista, de un derruido rojo progresista.
Miramos hacia abajo espiando el barro, y mientras chusmeamos entre sus vísceras, mantenemos las palmas hacia arriba esperando el oro. Y el moro. Demasiado ocupados en ocupar espacios, no nos sonrojan nuestras jeremiadas contra los abusos del poder, nuestras imposturas de compromiso, ni nuestras indignaciones formalistas.
Endogámicos, complacientes, autorreferenciales y, necesariamente, "de izquierdas" constituimos el lubricante de la maquinaria que vehiculiza lo políticamente correcto a caballito de eso que, pomposamente, denominamos como aparatos ideológicos de estado.
Durante los últimos años hemos jugado un papel fundamental en la construcción y legitimación de una iconografía que se supone novedosa. Hoy la democracia, los derechos humanos y las libertades civiles gozan de una excelente prensa, un creciente reconocimiento público y un relativo apoyo popular. No hubiera sido posible sin nosotros, los especialistas en, quizás, la más insigne de las ciencias auxiliares del estado.
El rol de los jóvenes sociólogos en América Latina: desafíos, autocríticas y horizontes (Diego Tagarelli, sociólogo, desde Venezuela)
Los jóvenes sociólogos tenemos la obligación (obligación=necesidad) de articular el desarrollo del conocimiento científico con el desarrollo del pensamiento nacional y latinoamericano. Pero esto quiere decir muchas cosas. Fundamentalmente, significa adherir a las luchas populares que nutrieron y nutren los procesos históricos. Y en este sentido, es imprescindible desarrollar una fuerte autocrítica hacia la práctica teórica y hacia la práctica real de vida que motivan muchas aspiraciones de los jóvenes sociólogos. El hacer sociología extrayendo reflexiones desde posiciones académicas o pequeñas burguesas sobre el mundo popular, ha sido quizás una de las armas de dominio más formidables del sistema ideológico académico.
Las tareas que desarrollan los jóvenes sociólogos en las instituciones académicas o aparatos públicos y privados son de suma importancia. La inclusión de los jóvenes sociólogos e investigadores en estos espacios de conocimiento es no sólo necesaria para impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas en países relegados de los procesos científicos soberanos e independientes, sino además para articular políticas sociales destinadas a reducir las brechas de desigualdad social, modificando las relaciones económicas semicoloniales. Sin embargo, con esto no basta. Es necesario impulsar una verdadera propuesta latinoamericana para debatir los objetivos de los jóvenes sociólogos que adhieren al campo popular. Es necesario producir un debate sobre la trascendencia práctica y concreta del trabajo del sociólogo en América Latina, su compromiso colectivo con los fenómenos populares y el aporte desarrollado fuera de la práctica teórica. Es imprescindible, pues, alentar los esfuerzos para acompañar el proceso teórico de los jóvenes sociólogos con procesos prácticos, concretos, en las condiciones y contextos populares oportunos.
En este sentido, es preciso desenmascarar algunas cuestiones de gran relevancia, entre ellas, las aspiraciones burguesas intelectuales y los efectos que de ello se derivan.  Los jóvenes con aspiraciones intelectuales se hallan sujetos a una superestructura ideológica que los reeduca constantemente, no sólo para despojarlos de las formas inherentes de comprensión que poseen según su pertenencia social y sus elementos culturales, sino para reproducir el divorcio entre los trabajadores manuales y los trabajadores intelectuales. Es decir, muchas instituciones académicas se hallan sujetas a una lógica funcional dominante que paraliza, en cierto modo, muchas capacidades sociales de los intelectuales y sociólogos. Las formas de reclusión académica individual, el aislamiento frente a las condiciones populares, la ausencia de unificación colectiva hacia trabajo, el movimiento competitivo que motoriza las acciones intelectuales, sus niveles de subordinación hacia espacios de poder político conservadores, el acceso a puestos educativos claves, la burocratización del pensamiento, etc. (Podríamos ocupar muchas páginas nombrando y analizando el modo en que los aparatos reservados a los jóvenes intelectuales se ocupan de apropiarse de sus capacidades sociales como sujetos de pensamiento transformador para convertirlos en esclavos intelectuales de los sistemas ideológicos).
Por lo mismo, esto conduce a pensar que no puede existir una transformación en las instancias ideológicas sin una transformación en las relaciones socioeconómicas que las sostienen y sin una intervención popular en su interior. Esto significa que todo joven intelectual con deseos de formarse para contribuir a la transformación social e intelectual, debe volcar sus esfuerzos no sólo en modificar aquellas instancias institucionales consagradas por la ideología dominante, sino que debe involucrarse en las luchas populares de nuestro tiempo, desde los espacios y procesos que indiquen las masas populares frente a esas instituciones.  Ahora bien, para involucrase en esas luchas y procesos populares no basta con contraer un compromiso coyuntural, es decir, asumiendo un comportamiento meramente humanista hacia las causas justas, en ocasiones específicas y desde los espacios controlados por las pequeñas burguesías intelectuales, sino que debe formar parte de la práctica popular misma. Conformarse ya no en un "intelectual orgánico" que defiende las causas del marxismo y las luchas de nuestros pueblos con accidentales intervenciones en congresos, manifestaciones o pronunciamientos masivos desde las academias, sino transformarse en un sujeto social con idénticas necesidades y prácticas de común acuerdo con las masas. Claro que, eso conlleva a uno de los riesgos que no todos los jóvenes "intelectuales" quieren asumir: renunciar a las aspiraciones burguesas académicas para asumir las aspiraciones populares y políticas inmediatas, sin los cuales jamás un proceso de transformación adquiriría sentido.
Para ello, toda búsqueda de nuevas respuestas, propuestas y objetivos no puede ser planteado desde los mismos sistemas de preguntas y valores que nacen desde las jerarquías académicas institucionales. Es necesario cambiar de terreno para formular las preguntas, asumir un posicionamiento radicalmente distinto para formular los objetivos que se plantean. Claro que no significa abandonar los estudios, la investigación o la carrera académica en las instituciones o aparatos creados para tal fin. Yo diría que significa renunciar al modo en que se aborda la inclusión en ellos. Significa abrazar las tareas del conocimiento y el pensamiento sociológico desde nuevos espacios populares, encauzando las luchas populares hacia adentro de las universidades e instituciones académicas para que transformen sus condiciones burguesas y elitistas en universos populares del conocimiento.
No basta con hacer política en las universidades o afiliarse a los partidos políticos populares de nuestra región. Se trata, además, de adoptar una participación real en las manifestaciones políticas, económicas e ideológicas populares que se desarrollan extra-institucionalmente.
Por lo mismo, se trata de recoger el aprendizaje de las experiencias populares, admitirlas como propias, adoptarlas como válidas intelectualmente, albergarlas como formas necesarias de autocrítica hacia las formas de hacer política según las modalidades pequeñas burguesas de las academias. Se trata, además, de profundizar la práctica teórica y la lectura sistemática de autores y corrientes del conocimiento científico. En última instancia, puesto que los vientos revolucionarios soplan cada vez más fuerte y con mayor ímpetu, en las horas decisivas habrá que elegir: o permanecer como espectadores en el mundo feliz que las fábricas de titulaciones académicas ofrecen, o lanzarse sin prejuicios al mundo herido de los pueblos para coger el tren en marcha que la revolución popular en América Latina empuja firmemente.
Una pregunta obvia ¿Qué hacen los sociólogos? (Claudio Fernández , sociólogo)
Para poder responder a esta pregunta, una pregunta obvia aunque también una pregunta obscena, antes tendríamos que conocer el campo de investigación, acción y aplicación de la sociología como ciencia moderna. Para esto sólo bastará con hacer un click en algún punto nodal de la maraña informática, wikipedia dará su respuesta, después de todo estamos en la era de las comunicaciones  y el conocimiento. ¿O no? Pues bien, digámoslo de una vez, todo sociólogo sabe bien cuál es su campo de acción laboral y tiene bien claro cuáles son las herramientas con la que cuenta para llevar a cabo su trabajo, sin embargo nadie sabe bien cuál es su ocupación. Ese es un problema (especialmente para el sociólogo y su familia) ya que en definitiva, como decía Marx, no se puede vivir del amor.
Quizás tratando de dar una respuesta alguien dijo por ahí que la sociología es la ciencia de lo obvio, y aunque parezca un absurdo creo que no estaba muy errado. Ahora bien ¿quién quiere conocer lo obvio? Nadie o casi nadie demanda una consulta de lo que es obvio. Se supone que lo obvio está ahí, es palpable, tangible, observable, sensible y por tanto no necesita explicación. Ese es el primer obstáculo para conocer la realidad social: suponerla, darla por sentado, creer, pensar y actual en consecuencia con el sentido común. Ese simpático sentido que todo lo simplifica y a toda suposición le llama la realidad, ese bendito y bendecido sentido necesita ser criticado, puesto en duda, desmitificado.  Para saber bien qué tiene adentro el sentido es preciso deshacerlo, pulverizarlo o exponerlo con todas sus vísceras con la panza mirando el sol.  Por ser una ciencia que se encarga de investigar lo obvio quizás muy pocos se interesen por ella. Pues si es así, se equivocan. Los problemas sociales son como un elefante en una habitación, para usar otra frase de cabecera, es así como hay obviedades tan gigantescas como insoportables, aunque no por eso fácil de explicar, discernir y de hecho muy difíciles de sondear.
La única verdad es la realidad (¿Hegel o Perón?) La realidad social es la más obvia de las realidades y sin embargo pocos la pueden entender. El individuo (antes de seguir deberíamos aclarar que el individuo es una metáfora de la desesperación y no se corresponde con ninguna categoría sociológica) está ensartado como bife de croto entre las estructuras que lo determinan y lo definen, indefenso y sólo en la mitad de la pampa de los sentidos, guiado por un fin o por un valor, y en última instancia condicionado por sus ingresos y sus egresos de dinero. Es casi una osadía que este cristiano un buen día se ponga a contemplar la realidad (ni hablar de criticarla), no tiene tiempo, no tiene recursos, no tiene ni idea por dónde empezar, está saturado de información, ciego de tanta ciencia alrededor. Es por esto que la existencia en sí, la existencia de el individuo, no tiene respuestas, preguntarse por el por qué de la vida es una zoncera filosófica, un idiotismo metafórico, todas las respuestas que el ser humano necesita están en lo social, en la existencia del individuo como sujeto social: un producto histórico que comenzó a reproducirse hace tres millones de años y aún hoy se sigue haciendo preguntas obvias.
A defensa de los sociólogos, y su mala fama, alguien podrá decir que lo que hace la sociología es estudiar a la sociedad. Si esta afirmación no lo fuera parecería un chiste, gracias, pero no nos ayuden más. La sociedad es otra de las metáforas encantadoras pero ponzoñosas que el sentido común utiliza como si fuera una categoría científica pero, como todo el mundo sabe,  las metáforas no se pueden explicar. Decir que la sociedad tiene un problema, que está enferma o que se ha trasformado, evolucionado o degradado es lo mismo que decir cualquier cosa. Si el objeto de estudio de la sociología sería simplemente la sociedad, así como un todo, como si fuera una cosa e incluso lo tratáramos como si fuera una cosa, un objeto extraño y por lo tanto fácil de observar, no haría falta sociólogos, cualquier quinielero de barrio tendría las soluciones precisas para los flagelos más terribles y las explicaciones más interesantes sobre los fenómenos más extraños.
Aunque esto último parezca una humorada, más de una vez nos encontramos en reuniones sociales en dónde cada participante (invitado al asado) tiene una teoría, elabora hipótesis, desprende conjeturas, tira datos y saca sus propias conclusiones de cualquier problema social, como si al análisis de la violencia en las escuelas, el maltrato infantil o las violaciones intrafamiliares se lo  pudiera equiparar al mal funcionamiento del carburador de un auto. Si entre los presentes se encuentra un abogado nadie se animará a hablar a boca de jarro sobre leyes y juicios para no quedar como un leguleyo frente al facultativo, si la charla es de enfermedades coronarias todos escucharan con atención la explicación que dará el médico (mientras da vuelta los chinchulines en la parrilla) aunque no sea su especialidad, si se discute sobre tal o cual funcionalidad de la última obra pública el ingeniero dará su veredicto, hasta los contadores serán escuchados con atención si la charla se estira hacia la declaración de haberes o la compra de dólares. Pero cuando se charla sobre la sociedad y sus problemas  todos estarán dispuestos a discutirle al sociólogo que ha sido invitado al asado, debatirán sus posturas, pondrán en duda sus conclusiones, sospecharán que su marco teórico se haya  ideologizado y lo tildaran de zurdo o de fascista según mejor se vea. Pero también ¿a  quién se le ocurre buscarle explicaciones tan complejas a algo que es tan obvio?
Saludos a todos los sociólogos en su día y un fraternal abrazo a sus familias. 
El sociólogo es como un cineasta y fotógrafo. (Héctor Castagnolo, sociólogo)
Un sociólogo, si se me permite la metáfora, tiene que ser un buen fotógrafo y buen cineasta. Debe ser un buen fotógrafo para que al momento de tomar sus instantáneas de la sociedad, no deje por afuera de su registro elementos que son fundamentales para el posterior análisis. Y debe ser un buen cineasta, en tanto debe interpretar a esas fotografías de manera inseparable del proceso histórico dentro del cual cobran vida, es decir, debe significarlas dentro de esa película que cuenta la historia económica, ideológica y política de una determinada formación social. Una vez realizado ese trabajo con pertinencia, podrá describir, explicar y predecir fenómenos de la realidad social. De esta manera trabajará activamente con economistas, políticos, y demás actores sociales para ofrecer su particular mirada, que está preparada para anticipar el potencial impacto social que pueden producir determinadas decisiones políticas, económicas y sociales.
La capacidad para hacer visibles las tendencias ideológicas que operan dentro de las diferentes estructuras de poder dentro de una sociedad, es a mi juicio es una de las tareas más apasionantes que desarrolla un Sociólogo. Esto implica otorgar sentido a los acontecimientos sociales dentro del torbellino provocado por el vértigo y la fragmentación con la que circulan en los medios de comunicación, una vez que esos acontecimientos sociales se convirtieron en mercancía. Colaborar en la reconstrucción de ciertos mapas de la realidad allí donde las causas y los efectos se presentan de manera intencionadamente inconexa, incompleta, desarticulada y por lo tanto incoherente, es parte de la misión de un Sociólogo que pretende colaborar para que el mundo sea cada día menos opresivo e injusto con los menos favorecidos. Mientras ciertos sectores del poder pugnan por mostrar la realidad como una lluvia de fragmentaciones absurdas, el Sociólogo recupera esas fragmentaciones para otorgarles sentido a fin de poner en evidencia las relaciones de opresión e injusticia que tienen lugar en un determinado modelo de sociedad.